Leyenda de La Encontrada

El caserío de La Encontrada está situado en el extremo Suroeste del valle de Zuia, en tierras de jurisdicción de Aperregi, a la orilla del río Baia y con un hermoso puente, siendo en la antigüedad una de las casas torre de Zárate, con una antigua ferrería, de la que aún quedan sus paredes y con una gran presa y cauce, que tuvo gran importancia en su época.

Cerca de La Encontrada existió una ermita, la de Santa María de la Encontrada, que en la bula del Papa Julio II, de 1508, se hace mención de ella.
El lugar que ocupaba el caserío lo ocupó la antigua torre de Gereña, que dio origen a la leyenda de “La Torre de La Encontrada”, en la que refiere que la torre de Gereña era de gruesos muros, destacándose las almenas que coronaban su altura y en la que vivían los señores del Valle.

La princesa doña Blanca, hija de la Reina de Navarra, se encontraba en la torre de Gereña pasando unos días en espera de conocer la situación de su hermano, el príncipe D. Carlos, heredero del trono de Navarra, que permanecía preso por su padre, el Rey D. Juan, el usurpador del trono de Navarra. Doña Blanca era partidaria de su hermano y por ello también era perseguida.

Una vez en libertad el príncipe, acompañado de sus escuderos, vino en busca de su hermana, por tener noticias de que se encontraba en Álava, y caminando por el valle en dirección a Vitoria, al llegar al lugar de la torre de Gereña, su hermana, que le vio y le reconoció, salió corriendo a su encuentro y al reconocerla el príncipe gritó:
“Encontrada”
Y por ello en recuerdo del encuentro entre los dos hermanos, el príncipe D. Carlos y la princesa Dª Blanca, se cambió el nombre de la torre por el de La Encontrada, por la primera palabra que pronunció el príncipe al reconocer a su hermana.
Al siguiente día del encuentro, después de la visita al Santuario de Nuestra Señora de Oro en acción de gracias, le prometió el señor de la torre de Gereña que desde aquel instante se cambiaría el nombre de Gereña por el de La Encontrada y desde esa fecha así sigue llamándose.
En 1580 D. Juan Iñiguez de Gereña, gentil hombre de S.M. Carlos I, casado con Doña Ochanda de Iruña, Álava, aparece como dueño y señor de la torre de La Encontrada.